Vete tranquilo,
valle somnoliento.
Violencia no.
Naves de colchón,
nadando en la luna,
nacidos del sol.
Mientes, razón,
malditas seas, mala.
¡Muérete ya!
Oí un salmo
o quizá fue un salóm.
¡Oscar! ¿qué era?
El troll-ogro pereció entre llamas de hielo y fuego seco. Fue hermoso.
La mataron como siempre: mientras doblaba la esquina con su falda roja.
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