sábado, 6 de abril de 2013

Va cristalino,
se raya fácil en las
calles sucias.

Sonrisa que se
ensaya por miles de
años oscuros.

La melodía
del hueso bajo el
puente rojo.

Caín tomó a
Abel, besó su boca
y deseó más.

Los perros de Cruella de Vil ya no quieren llorar.

Será fácil, decían,dijo el hombre en la prisión. Destripar a un par de chicos e imitar con sus restos las obras de Da Vinci y comprar un helado, nada complicado, decían.

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