Va cristalino,
se raya fácil en las
calles sucias.
Sonrisa que se
ensaya por miles de
años oscuros.
La melodía
del hueso bajo el
puente rojo.
Caín tomó a
Abel, besó su boca
y deseó más.
Los perros de Cruella de Vil ya no quieren llorar.
Será fácil, decían,dijo el hombre en la prisión. Destripar a un par de chicos e imitar con sus restos las obras de Da Vinci y comprar un helado, nada complicado, decían.
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